12.1.13

El domingo par mí, se ha convertido en el día más especial de la semana

Son días en los que me levanto muy temprano y salgo apurado a tomar la primera ruta que pase. Al llegar se que me estará esperando un café bien calientito acompañado de fruta seguidos de un delicioso desayuno. Como palomitas de cazuela, tomo refresco y escucho durante tosa la mañana  la misma historia repetida muchas veces. Llegado el medio día hay que comer, a veces hay especialidad de la casa, otras veces, cuando la cocinera esta indispuesta  hay que hacerse un sándwich pero igual, me sabe delicioso. A la hora de despedirme no me dejan ir y con frecuencia me tengo que quedar un rato más. ¿Y donde esta lo formidable? preguntara el lector. Lo maravilloso de esta extraña crónica es que  tengo cerca de mí a dos seres a los que he aprendido a  comprender, tener paciencia y amar. No se que se siente haber tenido a los padres siempre cerca de uno, lo que si se es que en algún momento el enemigo me separo de los míos, y que hoy que Dios a restaurado nuestra relación, aprecio cada instante junto a ellos, aun las letanías y las clases de medicina, y lo que es mas, he aprendido a amarlos como tal como son. Ya solo le pido a Dios que les conceda muchos años mas de vida. Es por eso que el domingos se ha convertido para mí, en el día más especial de la semana.

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